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Mostrando las entradas de septiembre, 2017

Cuando Dios Cambia Los Pedidos

Cierta vez un hombre le pidió a Dios una flor y una mariposa… pero Dios, en cambio, le dio un cactus y una oruga… El hombre quedo triste, pues no entendía porque su pedido había llegado errado… mas luego pensó que con tanta gente que atender, Dios podía haberse equivocado… así que resolvió no cuestionar su pedido… Pasado algún tiempo, el hombre fue a ver esos “regalos” que Dios le había hecho y que él había dejado olvidados en un rincón… para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había brotado la más bella de todas las flores… y la horrible oruga se había trasformado en una hermosa mariposa… Entonces comprendió que Dios siempre hace lo correcto… y el camino que pone delante de nosotros es perfecto… aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado… si pediste a Dios una cosa y recibiste otra: ¡confía…!, y ten la seguridad de que Él siempre nos dará lo que más necesitamos en el momento más adecuado… No siempre lo que queremos es lo que nos conviene, pero Dios lo sabe tod

Tenemos que Hacer algo con El Abuelo

El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. El abuelo y su familia se reunían todos los días para comer; pero sus manos temblorosas y la vista enferma le causaban dificultades para alimentarse. La comida caía de su cuchara al suelo y, cuando intentaba tomar el vaso, derramaba el contenido sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".  Así que el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer. Como el abuelo había roto varios platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando, miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver algunas lágrimas sobre su rostro triste, mientras i